Tal como fuera anunciado, por primera vez las personas que estudian bajo la modalidad de Educación de Adultos, son beneficiados con la entrega de equipos computacionales portátiles y que, en la región, ascienden a las 240 personas.
El Secretario Regional Ministerial de Educación, Hernán Castro Monardes, manifestó que “Esto significa nivelar la cancha al generar condiciones para desarrollar una educación de calidad. Es voluntad de la Presidenta Michelle Bachelet entregar más recursos a la educación pública y qué mejor que hacerlo en educación de adultos. Aquí se ve reflejado hay el esfuerzo de muchas familias, gente que resta tiempo para estar con los suyos, personas que se sacrifican para poder sacar adelante una educación – que por distintas razones – no pudo terminar y que fueron lejanas a su voluntad. Creemos que es necesario resaltar lo que significa la educación de adultos en este país. Aún hay más de 3 millones de personas que no terminan la educación media y lo hacen a través de la educación de adultos; por eso es muy importante hacer esta ceremonia y reconocimiento”.
Por su parte, el Director Regional de la JUNAEB, Iván Acevedo Silva, indicó: “Ese año, por una medida de nuestra presidenta Michelle Bachelet y bajo el programa MCPA y la Ley de Inclusión, se ha ampliado para que pueda llegar a estudiantes de 7° básico de Educación de Adultos. Esto nos gratifica porque se entrega una herramienta tecnológica para que ustedes puedan tener mayor motivación y puedan terminar su educación básica para continuar con la media. Esto les servirá para tener mejores oportunidades y más posibilidades de conseguirlo”.
Cuando el sacrificio es recompensado
Jesús Edmundo Norambuena Gilberto, cursa sus estudios básicos en el Liceo de Adultos Francisco Tello de Rancagua. Vive en una tradicional población – Cantillana – de la comuna y trabaja de manera independiente como cuidador de en el sector oriente. Es soltero, sin hijos y vive solo con un hermano menor.
Siendo pequeño tuvo un accidente que casi le costó la vida, lo que imposibilitó que asistiera al colegio como el resto de los niños. A eso, se suma que quedara huérfano y con secuelas cognitivas tras su enfermedad; sin embargo, todas estas condiciones no fueron impedimento para que don Jesús mire la vida con optimismo, una fuerte creencia en Dios y las ganas de aprender, a sus 68 años de edad.
“Yo sentí una emoción muy grande en mi corazón porque nunca pensé en este regalo… La verdad, señorita, es que nunca alguien me había regalado algo, pero el Señor quiso que esta vez sí. Yo estudiar lo hago con mucho esfuerzo, sacrificio y estoy logrando la meta que quería… Yo no pude estudiar cuando era chico porque sufrí un accidente muy grave, pero con la ayuda del Señor, logré salvarme y sigo vivo, estudiando y sacando mi enseñanza básica que tanto quería… Voy a seguir estudiando hasta que el Señor me diga hasta aquí no más”.